lunes, 8 de enero de 2018


Hipotermia
La hipotermia se define como el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35ºC, momento en el cual los mecanismos compensadores del organismo para mantener la temperatura del cuerpo comienzan a fallar. Descubre cómo actuar en estas situaciones.
Tipos de hipotermia según su causa:
Dependiendo de la causa, el tipo de hipotermia que se observa varía:
Hipotermia gradual: la temperatura corporal desciende progresivamente (ropa inadecuada, frío y viento intensos…).
Hipotermia aguda: también llamada hipotermia por inmersión. Ocurre cuando la pérdida de calor corporal sucede rápida e intensamente, como al caer en aguas frías.
Hipotermia silenciosa: se trata de una hipotermia gradual por inmersión, es decir, la persona pasa muchas horas inmersa en aguas frías, pero la pérdida de calor no es brusca, ya que lleva el equipamiento adecuado. Este caso puede darse en buzos, surfistas, pescadores… Los síntomas cambian con respecto a la hipotermia gradual, se observa agotamiento y cansancio fácil.
Existe otro tipo de hipotermias que no se relacionan con una exposición ambiental al frío, sino que se deben a un fallo en los mecanismos cerebrales de termorregulación, en los centros que controlan la temperatura corporal. Estas hipotermias pueden ser secundarias a diversas enfermedades tales como el hipotiroidismo, la insuficiencia renal o hepática, quemaduras extensas, infecciones generalizadas graves, etcétera.
También pueden producirse hipotermias secundarias a lesiones cerebrales, como infartos o tumores, localizadas en el hipotálamo, que es el centro donde se encuentran los centros termorreguladores del cerebro.
Hay hipotermias que se asocian al uso de medicamentos, especialmente aquellos que ejercen su efecto en el cerebro como antidepresivo, tranquilizante, antipsicótico u otros.
Finalmente, también existen casos de hipotermia tras un consumo excesivo de drogas o alcohol. Todas estas hipotermias suelen ser leves o como mucho moderadas.
Signos y síntomas de hipotermia:
La hipotermia no suele aparecer de inmediato, sino de forma tan gradual que en ocasiones la víctima no llega a ser realmente consciente de estar sufriéndola. A medida que la temperatura corporal va descendiendo, se diferencian tres fases, cada una con una serie de signos y síntomas característicos:
Primera fase: los primeros síntomas de la hipotermia se deben a la puesta en marcha de los mecanismos de defensa del cuerpo. Los vasos sanguíneos de las partes más alejadas (manos, pies…) se contraen. Esto sucede para que circule menos sangre por esas zonas, ya que la pérdida de calor es muy elevada, y el objetivo del cuerpo es mantener caliente los órganos vitales. Aparecen escalofríos, la piel de gallina, aumenta el gasto calórico por los temblores y el aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca. Los músculos de las manos y los pies no responden del todo bien.
Segunda fase: los temblores y escalofríos son más violentos, los movimientos son lentos y torpes y se observa una descoordinación muy evidente. La víctima, aunque parece alerta, está pálida. Los labios, las orejas y la punta de los dedos pueden ponerse azules.
Tercera fase o fase profunda: dificultad extrema para moverse, la piel se pone azul, los temblores cesan. La víctima presenta somnolencia, comportamientos extraños o irracionales y confusión mental. La respiración y los latidos cardíacos disminuyen, se vuelven lentos y débiles. Al cabo de un rato los órganos vitales comienzan a fallar y a pararse, lo que se conoce como muerte clínica. En este estado la víctima no está realmente muerta, ya que la muerte.
Qué hacer en caso de hipotermia:
Estas son las pautas de actuación básicas que debes seguir si te encuentras con un caso de una persona que presente síntomas de hipotermia:
 Si se sospecha de hipotermia, sobre todo si aparece confusión o alteraciones mentales, se debe llamar de inmediato al número de emergencias, en España el 112.
 Si la víctima se encuentra inconsciente hay que comprobar la respiración. Si no respira, comenzar con reanimación cardiopulmonar, 30 compresiones – 2 ventilaciones.
Proteger a la víctima del frío. Llevarla a una zona con temperatura caliente y cubrirla con mantas o ropas. Si esto no es posible, habrá que aislarla del viento, el frío y el suelo. Cubrirle la cabeza y el cuello ya que son zonas con gran pérdida de calor.
 Si se consigue llevar a la víctima a cubierto, habrá que quitarle las ropas húmedas y reemplazarla por prendas secas. En caso de seguir a la intemperie no quitarle la ropa, sino intentar dar calor para que la ropa húmeda se enfríe lo menos posible.
 Hay zonas del cuerpo que mantienen mejor el calor, como el cuello, las ingles, las axilas y ambos lados del torso. Para calentar a la víctima aplicar compresas tibias en estas regiones. Si es necesario, utilizar el propio cuerpo del reanimador. En caso de que la víctima esté consciente y despierta, y pueda tragar con facilidad, es recomendable que beba líquidos dulces y calientes, sin alcohol, para estimular el recalentamiento. Permanezca junto a la persona hasta que llegue el soporte médico
Qué no hacer en caso de hipotermia
Como siempre en el tema de los primeros auxilios, también en el caso de la hipotermia existen acciones que no son beneficiosas y que pueden ser perjudiciales para la víctima:
Nunca dar a la víctima por muerta. Aunque el cuerpo esté frío y no se encuentren pulsaciones, existen casos de recuperación completa sin secuelas. Esto es porque el cerebro, aunque ralentizado, no está totalmente dañado y tarda más que el resto del cuerpo en dejar de funcionar.
 Si hay partes del cuerpo congeladas, como dedos de las manos o de los pies, no frotarlas, hay que envolverlas en vendas tibias.
No usar una fuente de calor directo para calentar a la víctima, como agua caliente, fuego, mantas eléctricas o lámparas de calor. Al dar calor rápidamente la circulación se reactiva, en este caso, la sangre, aún fría, circula por los órganos vitales y los enfría, provocando un empeoramiento de la víctima.
No proporcionarle bebidas alcohólicas.
 En los pacientes con hipotermia existe el riesgo de arritmias cardiacas graves. Por ello, hay que manejar a la víctima con suavidad y no realizar movimientos bruscos. Los movimientos intempestivos, o incluso los ruidos excesivos o disonantes, pueden facilitar la aparición de estas arritmias cardiacas y llevar a la muerte del enfermo.
 

 

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